Peeling químico

Consiste en la aplicación de diferentes sustancias químicas (ácido glicólico, salicílico, mandélico, kójico, fenol…) sobre la piel con el objeto de “pelar” o exfoliar las capas más externas de esta.

Los peelings pueden ser superficiales, medios o profundos dependiendo del poder de penetración de la sustancia química utilizada.

El realizar un peeling u otro dependerá de la patología a tratar y de las características personales del paciente.

Indicaciones:

Además de utilizarse para revitalizar la piel y mejorar su textura, los realizamos también en pacientes que presentan melasmas (manchas en la piel producidas por el sol, por la toma de determinados medicamentos o por cambios hormonales como durante en el embarazo) y en pacientes con acné activo o con cicatrices de acné.

Zonas a tratar. Cara, escote, cuello y manos.

¿Quién puede realizarse este tratamiento?

Pacientes que quieran mejorar el aspecto de la piel dañada por el sol, disminuir arrugas finas, mejorar cicatrices de acné y/o disminuir o eliminar manchas.

Se contraindica en mujeres embarazadas y lactantes, en pacientes con infección activa en la zona a tratar, pacientes con cáncer activo y en aquellos que presenten una mala cicatrización.

Número de sesiones:

Dependerá de la afección a tratar y de si se realiza como tratamiento único (en este caso se recomienda un peeling cada 21 días, hasta un total de tres) o de si se combina con otros tratamientos. La duración de la sesión es de 45 minutos aproximadamente. En función de los resultados obtenidos se pautarán las sesiones de mantenimiento.

Posibles efectos adversos: